Él me dijo “tú decides”.
Hola otra vez soy Marina Blánquez.
Hoy os quiero contar cómo me ha cambiado la vida en tan poco tiempo. Hace unos años junto a mi padre, dijimos que si había opción de operar pues se haría. Este año me quisieron hacer pruebas por si era posible y vieron que indicaba que sí, que se podría llevar a cabo. Entonces nos dijeron que querían operarme, pero en Madrid y yo, al no ser de allí se me hizo raro, pero me dijeron que allí estaría en buenas manos y me explicaron todo, los pros y los contras. Me contaron qué métodos me querían hacer y cómo sería la operación y dije que sí, que para adelante. Era importante poder realizar unas pruebas en esa clínica, Clínica Ruber Internacional, y después de las pruebas fuimos a hablar con el neurólogo. En ese momento, había tensión, sabríamos si se podía o no operar. El doctor nos dijo que lo veían muy claro, así que ya me dijeron dos fechas para operar y elegí la más cercana, en plan que le dije a mi padre que si lo hacíamos era ya. Él me dijo “tú decides” y fue muy fuerte que me pudiera operar al mes siguiente.
Después tuve que ir dos veces, posterior a las primeras pruebas, a hacerme otras pruebas que querían de su hospital y ya no volví hasta la semana de la operación.
La semana del 13 de diciembre me fui ya hacía Madrid para la operación. Nos fuimos yo y mi madre y después llego mi padre, me ingresaron un 14 de diciembre por la noche y fui con mi padre, al día siguiente para empezar con la intervención. Lo que me hicieron fue una intervención que es una termo coagulación con electrodos profundos, pero en mi caso, se realizó en dos fases, primera intervención el lunes me llevaron a quirófano y me colocaron los electrodos para poder ver la actividad cerebral, si por casualidad tenía alguna crisis, que por suerte des de que me pusieron los electrodos no tuve, y la segunda, el viernes de la misma semana, me hicieron lo que es quemar el foco y después la retirada de los electrodos.
“Desde que me colocaron los electrodos profundos, es decir, el lunes no tuve más crisis epilépticas y para mí eso ya es una victoria.”
En mi caso, desde que me colocaron los electrodos profundos, es decir, el lunes no tuve más crisis epilépticas y para mí eso ya es una victoria, pasar de tener crisis a no tener ni una es un sueño. Aunque lo que si me comentaron los neurólogos, es que en mi caso cabía la posibilidad de que perdiera algo de movilidad de las extremidades durante unas semanas, pero que rápido volvería a tenerla. Así fue, tocaron una vena a la hora de quemar y me crearon un coágulo que me hizo perder movilidad de la pierna derecha, pero ya lo sabíamos que había la posibilidad y, al principio me frustró, pero vi que frustrándome no ganaría nada y empecé a esforzarme para que volviera a tener la movilidad que tenía antes; que si rehabilitación, que si ejercicios en casa, de todo para volver a estar al 100%. Con lo de la operación he visto que en verdad si unos electrodos te pueden mejorar la vida y hacerte ser mucho más autónoma, más independiente y estar menos inquieta por si tendré o no una crisis.