Tras el descanso del verano, los estudiantes vuelven a los estudios, los trabajadores al trabajo y, los mayores como yo al momento de organizarse actividades y tomar decisiones. Como persona, no estoy a la espalda de lo que ocurre en el mundo. Mi epilepsia no hace que no vea las cosas: que el cambio climático está aquí y que todos tenemos que hacer algo; que la violencia de género es una lacra social y que todos debemos ayudar a su erradicación; que la violencia, en general, cada día es mayor y que todos debemos involucrarnos en que desaparezca; el acoso escolar, el acoso en redes, la vulnerabilidad de las personas mayores, su soledad, las enfermedades… y tantas cosas por las que luchar y en las que, en lugar de esperar a que otros lo arreglen nos pongamos a pensar qué podemos hacer cada uno de nosotros.
Por eso yo, a la hora de decidir qué hacer ahora, busco actividades en las que poner mi grano de arena para hacer de este mundo un lugar más habitable. Por eso, seguiré con mi participación en la Asociación Nacional de Personas con Epilepsia-ANPE, escribiendo en este blog con la idea de que puede ayudar a alguien a no ver la epilepsia como un problema sino como una oportunidad de hacer las cosas de otra manera, reciclaré en mi casa todo lo que pueda, colaboraré en grupos de trabajo contra la violencia de género, lucharé por la igualdad de mujeres y hombres…
En lugar de esperar a que otros lo arreglen nos pongamos a pensar qué podemos hacer cada uno de nosotros
Seremos personas con epilepsia, sí, pero somos personas en el mundo y podemos hacer muchas cosas buenas
Todos podemos hacer algo en nuestro entorno, en nuestra casa. Todos formamos parte de este mundo y a todos nos toca hacerlo cada vez un poco mejor, en todos los aspectos, pero parece que nos hemos esforzado mucho, hasta ahora, en hacer todo lo contrario. Por eso, os pido: tomad la decisión de colaborar, de ser positivos, de involucraros y no esperar a que los demás lo resuelvan. Seremos personas con epilepsia, sí, pero somos personas en el mundo y podemos hacer muchas cosas buenas.
Por ejemplo: la educación en valores se “mama” en casa. Y, para mí, la educación es la base para la resolución de la mayor parte de los problemas. En casa todos tenemos que colaborar: padre, madre, hijos e hijas, y todos pueden hacer de todo. Serán hijos educados en la igualdad entre hombres y mujeres.
Bueno, deseo que toméis unas buenas decisiones para este año y que la epilepsia no os pare, sino que os empuje.