Un artículo de nuestra colaboradora Irene Tarragó
En este mes de marzo conmemoramos el día internacional de la mujer, el día 8, y, un poco más adelante, el 26, el día mundial de la epilepsia.
Aprovechando que este mes se conmemoran estas dos fechas querría, en primer lugar, felicitar a todas las mujeres e instarles a ellas y a los hombres que piensan que la igualdad es un derecho, a seguir luchando como hasta ahora, sin desfallecer, porque estamos viviendo tiempos convulsos y no podemos permitirnos dar un paso atrás en la búsqueda y conquista de la igualdad de derechos. Y, en segundo lugar, hablaros de la especial relación que tenemos las mujeres con la epilepsia.
Las mujeres, por el mero hecho de serlo, han de tener más cuidado con el tratamiento y prestar más atención a los síntomas que los hombres.
Las mujeres experimentan diferentes cambios hormonales a lo largo de su vida, por lo que el tratamiento de la epilepsia puede variar dependiendo de la etapa en la que se encuentren.
La menstruación, los anticonceptivos, el embarazo y la menopausia son circunstancias que pueden influir en el control de la epilepsia.
Algunas mujeres pueden notar pueden notar que existe cierta relación entre sus ciclos menstruales y la frecuencia de sus crisis. Se denomina epilepsia catamenial. Hay más posibilidades de tener una crisis, bien mientras el cuerpo está ovulando o en los primeros meses de menstruación.
En cuanto a los anticonceptivos, hay que tener en cuenta las posibles interacciones de este tipo de medicamentos y el tratamiento antiepiléptico, ya que puede suceder que ambos pierdan efecto al ser combinados.
Uno de los momentos más delicados del tratamiento para una mujer con epilepsia es el embarazo. La mujer en ese momento se plantea muchas preguntas, como ¿puede mi hijo heredar la epilepsia?, ¿podré seguir con mi tratamiento?, ¿podré darle el pecho?. Todas ellas y muchas más ha de resolverlas con su neurólogo.
En la menopausia y sus cambios hormonales, la frecuencia de las crisis puede variar en algunas mujeres. Además, en este período, las mujeres tienen más posibilidades de tener osteoporosis y algunos medicamentos para la epilepsia pueden empeorar la osteoporosis y viceversa.
Las mujeres experimentan diferentes cambios hormonales a lo largo de su vida, por lo que el tratamiento de la epilepsia puede variar dependiendo de la etapa en la que se encuentren.
Es necesario pues, que en el diseño de los medicamentos para el tratamiento de la epilepsia, se tenga en cuenta la peculiar idiosincrasia de las mujeres y, también es necesario que los profesionales de la salud, tengan un conocimiento exacto de las repercusiones que un fármaco antiepiléptico puede tener en una mujer embarazada o en una mujer que ya está en la menopausia.