Acabamos de pasar el puente del 15 de agosto. Nosotros estamos en la casa que tenemos en el Embalse de Entrepeñas (Guadalajara) desde que pasó el pleno del Distrito de Hortaleza (Ayuntamiento de Madrid) del mes de julio. Al día siguiente, ya nos vinimos para aquí. Durante el día nos ha hecho muchísimo calor, como en casi toda España. Menos mal que, por las noches, refrescaba un poquito y, con la ventana abierta, se dormía de maravilla.
Durante estos días hemos recibido varias visitas: mi sobrina Begoña vino un fin de semana; después vino mi hermana y su marido y mi sobrina repitió y se vino a pasar el puente.
Y hoy he pensado que mejor escribir ya mi entrada al blog de septiembre hoy porque mañana llegan mis hijos, mis nietas, mi nuera y mi hermano y ya no voy a tener un minuto libre. Así que haciendo caso al dicho: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, me he puesto manos a la obra.
Siempre quiero unir mis vivencias a mi enfermedad, para compartir con todos vosotros que la epilepsia no interfiere ni en mis relaciones con mi gente, ni en mis sueños ni en lo que peleo por ellos. Yo creo que las personas con epilepsia vivimos las vacaciones como todo el mundo o, al menos, así debería de ser. Yo así lo hago. No me tengo que olvidar de mis medicamentos, porque en eso sí que no me puedo coger vacaciones. Pero es lo único. La ilusión de descansar, no madrugar, juntarme con mis seres queridos, agruparlos, además, en mi casa para todos disfrutar del campo y de la piscina. Es un placer extraordinario.
Así que encaramos esta segunda mitad del verano con la alegría de saber que mañana llegan todos y la casa que hoy está tranquila y silenciosa, mañana estará llena de risas y voces de las niñas y de los mayores. No hay nada mejor que querer y ser querido. En eso también soy una afortunada.
La ilusión de descansar, no madrugar, juntarme con mis seres queridos, agruparlos, además, en mi casa para todos disfrutar del campo y de la piscina. Es un placer extraordinario
Deseo que todos disfrutéis de unos días de desconexión y relax y nos volvamos a encontrar a la vuelta.
Cómo llegar a Sacedón
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