Cuando a unos padres les comunican que su hijo o hija tiene epilepsia es como si el mundo se les cayera encima.
Esto se debe, en gran parte, al gran desconocimiento que existe sobre esta enfermedad. Y al estigma que pesa sobre ella “gracias” a la literatura, el cine, la superstición… Yo les recomendaría CALMA. El 70% de las personas con epilepsia podemos hacer una vida “normal”. Y es muy posible que su hijo/a esté entre ese 70%.
Tengo 60 años. A los 17 me diagnosticaros epilepsia. Fue duro al principio, pues lo más difícil es dar con el fármaco adecuado. Cada persona, cada caso de epilepsia es distinto a otro. Una vez que mi neurólogo dio con él, todo se fue normalizando. Estudié tres cursos de Filología Inglesa (no terminé por otros motivos), practiqué deportes, me saqué el carnet de conducir, fui madre, trabajé, es decir: VIVÍ. Y lo único que tengo que hacer es tomar mi medicación todos los días, no probar el alcohol y dormir 8 horas. Tampoco es tan complicado.
Y sigo viviendo y sacando partido a la vida. ¿Por qué su hijo/a no?