Un artículo de nuestra colaboradora Irene Tarragó
CONTINUAMOS CAMINANDO
Como comentaba en mi última entrada a este maravilloso blog, estaba a la espera del resultado de las biopsias que me hicieron a lo quitado durante la cirugía. Pues todo dio negativo. No obstante, tras la consulta al oncólogo, ya sé que me han de dar 5 sesiones de radioterapia y que tengo que llevar un tratamiento hormonal durante 5 años. Me da más miedo esto último, por los efectos secundarios que el propio oncólogo me dijo que podía tener. Pero lo afrontaré pensando que a mi no me va a pasar. O que va a ser todo muy suave. Deseadme suerte. Empiezo el próximo 27 de octubre.
En noviembre pienso empezar a ir a un gimnasio a hacer, sobre todo, ejercicios de fuerza que es lo que me han recomendado. Me voy a poner en forma. A mi edad. Nunca es tarde si la dicha es buena. Y pienso sacarle partido a este tropiezo.
Tengo ejemplos cercanos de superación del cáncer y yo no soy ni menos ni más. Es más, de todos ellos soy la que tengo mejor diagnóstico y menos tratamiento. Así que sí, soy una privilegiada una vez más.
Nos vamos acercando al mes de noviembre, mes de concienciación sobre la epilepsia. Todavía constato en muchas conversaciones que tengo sobre esta enfermedad que es totalmente desconocida y que, desgraciadamente, lo que más ha llegado a la sociedad son los bulos y las mentiras.
Está muy extendida la creencia de que si ves a una persona con una crisis epiléptica lo primero que hay que hacer es meterle algo en la boca. NO. NO SE METE NADA EN LA BOCA. NO NOS TRAGAMOS LA LENGUA. Y EL PERJUCIO DE METER ALGO PUEDE SER PEOR QUE EL QUE NOS LA MORDAMOS, QUE ES LO PEOR QUE NOS PUEDE PASAR, PUES AL TENER LA CRISIS NOS TENSAMOS, TENEMOS TODO EL CUERPO RÍGIDO Y FORZARNOS LA BOCA PARA METERNOS ALGO PUEDE HACER QUE SE NOS ROMPA LA MANDÍBULA O QUE MORDAMOS A LA PERSONA QUE LO ESTÁ INTENTANDO.
Lo pongo en negrita y mayúsculas para que se vea bien. Ojalá esta idea se expanda durante este mes de noviembre. Hay más bulos, como que hay que sujetarnos que, por el mismo motivo que lo de meter algo en la boca, es totalmente contraproducente. Pero bueno, vayamos poco a poco. Punto por punto.
Constatamos año tras año que la epilepsia sigue siendo la gran desconocida. No se hacen campañas de divulgación, las autoridades no nos prestan atención. A ver si las asociaciones tienen a bien unirse para tener más fuerza y poder exigir a la administración una mayor divulgación de lo que es esta enfermedad.
En otros países menos desarrollados las creencias de que es contagiosa y que la persona está poseída por el demonio todavía están muy arraigadas.
Constatamos año tras año que la epilepsia sigue siendo la gran desconocida. No se hacen campañas de divulgación, las autoridades no nos prestan atención. A ver si las asociaciones tienen a bien unirse para tener más fuerza y poder exigir a la administración una mayor divulgación de lo que es esta enfermedad.
Seguiré mi camino vital con la fuerza que he tenido hasta ahora, gracias a personas como las que forman la familia de MJN que me dejan colaborar con estos escritos con la gran labor que ellos hacen tanto en la divulgación como en la mejora de la calidad de vida de las personas con epilepsia, con el dispositivo creado para ello; como mi familia, de la que nunca me ha faltado su apoyo; de mis amigos, que siempre han estado ahí y que ahora, con el cáncer, he descubierto que quizás tenga aún más amigos pues he recibido llamadas y apoyos de las personas más inesperadas; de la vida en general, pues la vida es maravillosa con sus altos y bajos que son lo que dan sal a nuestra existencia. Actitud positiva. Siempre.
Irene Tarragó Pascau
