Un artículo de nuestra colaboradora Irene Tarragó
Ya terminó 2023 y comenzamos 2024 con 366 días por delante (este año es bisiesto) donde podremos escribir las numerosas páginas en blanco que representan.
Lo primero quiero desearos a todos un año lleno de retos conseguidos. A las personas con epilepsia, desearos que controléis la enfermedad de la mejor forma posible, que no os pare para conseguir vuestros sueños; a los familiares, que no sufráis por nosotros más de la cuenta; que, a veces, somos más capaces de hacer cosas de lo que creéis; que nos tenéis que dejar experimentar y fracasar, pues, ante todo somos personas, niños, adolescentes, jóvenes o, como yo, ya abuelas, que tenemos que tener una vida lo más normal posible, como cualquier otra persona. Tener nuestras propias vivencias, con éxitos y fracasos, como todos. No somos de cristal. Necesitamos vuestro apoyo pero, también, que nos deis espacio y libertad.
En mi vida he podido hacer aquello que me he propuesto. Cierto que mi medicación me ha controlado estupendamente; pero, también cierto, que he sido constante, que siempre la tomaba, que no tomé alcohol nunca, que me organizaba la vida para poder dormir 8 horas y, a la vez, disfrutar de amigos y actividades y, a la vez, siempre he contado con el apoyo incondicional primero de mis padres y luego de mi marido y de mis hijos. Siempre he ido con la verdad por delante, quiero decir que nunca he ocultado que tuviera epilepsia. No es que estuviera siempre hablando del tema, pero cuando llegaba a un lugar nuevo donde iba a estar una temporada (por ejemplo, un trabajo nuevo, un gimnasio…) se lo comentaba a la persona más cercana a mi ( mi jefe o mi entrenador) y así estaban informados de lo que tenían que hacer en caso de alguna crisis. Que he hecho deporte como natación, equitación, baloncesto, golf… que he realizado actividades culturales como teatro o cantar… que he desarrollado los trabajos que me han gustado y dedicado mi tiempo a la política… Vamos, que he hecho aquello que en todo momento me he propuesto. Vosotros también podéis hacerlo. ¡Vamos!
Siempre he ido con la verdad por delante, quiero decir que nunca he ocultado que tuviera epilepsia.
Pues nada más que decir en este comienzo de año. Que disfrutéis de la vida, que no conocemos qué fecha de caducidad tenemos. Muchos besos.
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