Y ya llegamos a noviembre. El penúltimo mes del año. Momento de empezar a evaluar qué ha significado para cada uno de nosotros este período de tiempo. A cada uno nos han dolido, emocionado, conmocionado, alegrado o dejado indiferentes cosas distintas, pero, también, existen casuísticas en las que la mayoría de los seres de bien convergemos a la hora de sentir algo: desolación, guerra, enfermedades, pandemias, desastres naturales…
A esta fuerza que nos une en un único sentimiento de solidaridad se le llama EMPATÍA.
“Todos hemos sentido la tristeza de las personas que han perdido a un ser querido en esta pandemia que se resiste a terminar, el sufrimiento de quienes han sido contagiados y han luchado contra una enfermedad que ha dejado secuelas en su organismo, en algunos casos, de por vida. Un abrazo a todos”
A muchos se nos han escapado las lágrimas al ver el sufrimiento de las personas que han perdido su casa en La Palma. Su casa, sus recuerdos, incluso, en algunos casos, su medio de vida. Conozco a una palmera que iba contando por Instagram las novedades del volcán casi a diario. Una chica joven, guapa, deportista, de aspecto saludable y alegre poco a poco se fue convirtiendo en sombra de lo que era: una persona triste, de piel color ceniza y muy, muy preocupada por cómo iban a reaccionar sus paisanos y familiares ante tanta desolación. Ojalá los signos de debilitamiento que está teniendo el volcán en estos días, sean ya el comienzo del fin. Todo mi apoyo, desde estas líneas, a la “Isla bonita”, a la Isla de La Palma.
Todos los que convivimos con la epilepsia, ya sea como pacientes o como familiares, merecemos ser tratados con esta misma empatía. Y no siempre se produce. Es una pena, pero es así. Desconozco por qué la naturaleza humana, a veces, es tan cruel. Hay muchos niños con epilepsia que sufren verdadero acoso escolar en los colegios. Hay personas adultas que sufren discriminación en el trabajo. La sociedad todavía no está concienciada a convivir con esta enfermedad de una manera más naturalizada.
Agradezco a mjn-neuro su labor investigadora y didáctica, utilizando todas sus redes para dar a conocer la enfermedad
La ignorancia genera miedo. Estamos en noviembre, mes de concienciación de la epilepsia. Tengo muchas ganas de conocer en persona a esa guerrera que se llama Marina. Y me pongo a disposición de todos para colaborar más activamente en todo lo que sea difusión y explicación de lo que es esta enfermedad, cuantos tipos hay, la posibilidad de poder vivir con casi total normalidad, etc. Como he visto en una frase por internet: