Un artículo de Antonio
Para mí vivir con Epilepsia ha supuesto renunciar a hacer lo que era ser joven en los 60, nunca hacer lo mismo que tus amigos, no poder ir solo a casi ninguna parte, ser juzgados, ya que en esa época éramos los que había que meter debajo de la camilla, y al no hacer como todos/as…eras el vago, el consentido, el inútil… Nadie quería tener un amigo que bebía, se frustraba, se enfadaba y no obedecía… mejor dejarlo solo.
Siendo fármaco-resistente poco ha cambiado hoy, pero ahora me siento solo diferente a éstos, todos/as pueden entenderlo y trabajo en un CEE, y tengo mis ayudas de forma diferente. Veo la vida pasar, pero a ratos disfruto de una libertad distinta gracias a mi hermana, y todo lo que ha hecho por mí.
Deseo que nadie se sienta triste y solo/a por esto… y animar para que luchemos porque haya investigación.
¡Suerte a todos/as!